En España se desechan cada año más de 200.000 toneladas de neumáticos . Durante más de una década, algunas de esas ruedas fueron a parar al vertedero de Seseña, donde se acumularon más de cinco millones de neumáticos, el equivalente a unas 70.000 toneladas. Hace poco, el incendio que se produjo en ese basurero puso en el punto de mira uno de los mayores problemas medioambientales del país e hizo que muchas personas se preguntaran qué se puede hacer con los neumáticos usados.
Cuando compras un neumático, ya pagas por su reciclaje
A partir de 2005 en España se comenzó a regular la gestión de los neumáticos usados. A raíz de esa ley, en el precio de los neumáticos nuevos se incluyó una cantidad destinada a cubrir el costo del reciclaje, es lo que se conoce como Ecovalor, un importe de gestión para que las ruedas reciban un tratamiento adecuado.
Ese importe se calcula en base al costo de la gestión ambiental: en los neumáticos de una moto asciende a unos 88 céntimos, en el caso de un turismo convencional son unos 1,46 euros y en una camioneta unos 2,55 euros.
Esto significa que cuando sustituyes las ruedas usadas de tu coche por unas nuevas, ya has pagado su reciclaje. De hecho, el año pasado se vendieron en España unos 18 millones de neumáticos, lo que significa que los compradores pagaron aproximadamente unos 30 millones por el reciclaje de los mismos.
No obstante, se trata de una cantidad ínfima, sobre todo si se tiene en cuenta que, debido a su estructura, los neumáticos son difíciles de reciclar. De hecho, en el interior de la goma existen cientos de alambres que son los encargados de conferirle la rigidez al neumático. Separar el metal de la goma es un proceso costoso.
¿Dónde deberían terminar los neumáticos?
El taller donde cambies los neumáticos de tu coche es el encargado de poner en marcha la cadena de reciclaje. Cuando el taller acumule una cantidad mínima de neumáticos usados, solicitará su recogida, que es gratuita.
En teoría, esas ruedas deberían llegar a una planta de clasificación. Algunas, sobre todo las más grandes y duras, como los neumáticos de los camiones, se podrán reutilizar colocándoles una banda nueva. De hecho, se estima que aproximadamente un 15% de los neumáticos usados se pueden volver a usar.
Las ruedas que estén muy deterioradas se reciclarán. Algunas se convertirán en material granulado, con el que se fabrican los rellenos de los suelos de los parques infantiles y los campos de fútbol. El caucho resultante también se puede utilizar para fabricar otros productos, como las suelas de los zapatos.
Sin embargo, aproximadamente el 49% de las ruedas usadas se utilizan como combustible industrial para generar energía eléctrica. De hecho, muchas acaban en la industria cementera ya que las características de sus hornos les permiten reciclar estos residuos sin que representen un riesgo para el medio ambiente o las personas. Esta industria no solo aprovecha el poder calorífico de los neumáticos sino que también recupera materiales como el aluminio y el hierro, que después utiliza para fabricar el cemento. Además, durante este proceso logra ahorrar costes energéticos y reduce sus emisiones de CO2.
¿Por qué es tan importante reciclar los neumáticos?
En principio, los neumáticos no se catalogan como residuos tóxicos. No obstante, el principal problema de los vertederos de neumáticos no es solo el daño paisajístico que representan sino que se convierten en un caldo de cultivo para las plagas, que pueden afectar la salud de las personas.
Por otra parte, como los neumáticos son, esencialmente, combustible sólido, cuando prenden fuego y alcanzan determinada temperatura es muy difícil controlar el incendio. En ese caso se producen gases tóxicos como el sulfuro de hidrógeno. De hecho, no debemos olvidar que en los neumáticos hay más de 100 compuestos químicos.